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sábado, mayo 17, 2008

TUVE UN PADRE...




Hoy, leyendo el post de http://terra-enestavida.blogspot.com/, se me formo un gran nudo en la garganta y mis ojos no pudieron impedir el paso a las lagrimas. Pensé en mi padre, en ese hombre que a veces admiraba por su inteligencia, pero al cual temía.. Era un ser desconocido para mi, jamás lo llegué a conocer bien. Creo que para el era como si yo no existiera, con excepción de cuando estaba borracho, entonces me buscaba para jugar conmigo, y yo, aterrada, me escondía, cosa que lo ponía furioso.
Su gran pasión era el mar, los libros, el wiskey y le encantaba labrar la madera y hacer muebles, cosa que solo hiso para el.. Escuchaba los comentarios de la gente de cuan inteligente era mi padre. Solo esas cosas pude conocer en el. Jamás me lastimo, jamás abrió su boca para hacerme una ofensa. Pero tampoco, jamás la abrió para decirme lo que una niña espera que un padre le diga.
No lo culpo, no lo juzgo, era un ser solitario, aun en medio de sus amistades. Hiso del alcohol su refugio. Y no se que demonios le atormentaba para que se comportara de la forma que lo hacia. Nunca supe que cosas dolían en su corazón, por eso no puedo hacer juicio sobre su desinterés hacia mi.
Solo lamento no haber tenido mas tiempo, murió cuando era una adolecente, si hubiese estado vivo, ahora que soy adulta, me hubiera hecho querer por el. Lo habría buscado para enseñarlo a amar y ensenarlo a luchar con el dolor. Espero que ahora, donde este, su espíritu sea libre, como siempre quiso ser.

2 comentarios:

solo joe dijo...

mmmmmm,dices cosas muy tristes y a la vez preocupante.

Miranda Merced dijo...

Tal vez lo importante a veces no es lo que nos brinden en vida. Quizá lo esencial de alguien se nos revela después de su partida. Que se nos entregue completamente cuando ya el cuerpo con sus culpas y conflictos no les impida entregarse a nosotros, o la separación nos permita ver que sólo fueron humanos con “vicios de construcción” citando al escritor Elidio La Torre Lagares.
Maravilloso es que tengas la capacidad de mirar objetivamente el comportamiento de ese ser tan importante en la vida, que perdones sus errores y aún después seas capaz de amarle… a pesar de todo. Que bello ser humano eres. ¡Dios te bendiga!