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jueves, junio 19, 2008


No se si a alguno de ustedes le ha pasado que conocen a una persona y no pueden sentirse cómodos en su presencia. A veces se nos acercan personas con rostros de amabilidad, de amistad, con palabras de halago, pero algo en ellos, su mirada, su aura, su espíritu, denota engaño y maldad. Sus palabras, a veces disfrazadas con bonitos colores salen cargadas de energía tan pesada. Como dice un refrán, “Caras vemos, mas corazones no sabemos”. Ojala y en ves de ver rostros, viéramos corazones, nos evitaríamos tantos disgustos. Pero aunque no tengamos esa habilidad de ver corazones, nuestro espíritu siente y presiente la maldad y la falta de honestidad en quien la carga.

Es como un sensor que nos advierte que algo no esta bien con esa persona, que tengamos precaución. Aun así, a veces ignoramos esa advertencia y decidimos dar la oportunidad. Pueden pasar varias cosas, que la persona como quiera te defraude, o que tu sensibilidad, buena fe y deseos de brindar un trato sincero, amable y honesto, transformen el corazón y las malas intenciones de esa persona para con uno, lo menos usual.

En lo personal, me ha pasado que he estado al lado de personas que mi espíritu se siente intranquilo, incomodo. Veo sus ojos y solo me encuentro una barrera, no puedo ver mas allá de una mirada opaca. No me gusta la gente así, me gusta la gente que cuando yo mire a sus ojos pueda ver destellos de su alma reflejada en ellos. Me gusta le gente que cuando le hablo, mire a mis ojos. Que mi energía pueda bailar con la de ella, libremente, sin sensores que nos repelen.

domingo, junio 01, 2008


Hoy estuve reflexionando sobre una cosa, “nadie tiene el derecho de tratar de convencerte de algo obstinadamente, porque muchas veces, esos que tratan de convencerte de su verdad, ni si quiera ellos están convencidos de ella”.


La verdad absoluta es aquella que te hace libre, aunque no necesariamente feliz, pero si libre, y la libertad, es un sentimiento parecido a la felicidad, es más, a través de ese sentimiento se llega a sentir la felicidad. Ya e hablado sobre esto, pero hoy lo internalicé más profundamente.

Recientemente, estuve en una conversación con un extraño donde se afanaba, casi obstinadamente, de hacerme ver su verdad sobre la vida, palabras que hacían eco en mi cabeza sin lograr aferrarse a ninguno de mis sentimientos, pues su verdad, no era mi verdad, así como la mía no era la suya. Casi al final de la conversación, la persona mostró un rostro muy diferente al de una persona que reflejara lo que era su verdad.


Damos como verdad toda esa programación que recibimos desde niños, y sentimos pena de aquellos que se alejan de eso. Y queremos hacer el papel de salvadores tratando de traerlos al camino correcto, el de la programación. Por lo menos es lo más seguro, es lo que conocemos. Fuera de eso, ¿que hay?. Fuera de eso hay verdades universales y verdades individuales. Solo tenemos que ser valientes, romper el chip de verdades absolutas que se nos incrusta en nuestro crecimiento y lanzarnos a conocer las verdades que nos darán la verdadera libertad.

Conclusión, parte de mi verdad. Nadie me convencerá de nada en la vida que yo no sienta como parte de mi realidad o eso que busco . Eso es un derecho muy mío. Encontrar mi propia verdad. No me importa que ésta, esté lejos de las reglas sociales o religiosas. Me importa que ésta me lleve a sentir la libertad que busca mi espíritu.