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sábado, abril 18, 2009


Pensaba que al llegar a los 40, me iba a doler algo, o deprimirme, o correr a la farmacia desesperada a comprarme, compulsivamente, cuanto frasco de crema anti arruga encontrara disponible. Pero que va, es una sensación de plenitud que no esperaba sentir.


Los 40 son el inicio de una vida sustentada por las enseñanzas de los errores pasados, por la madurez presente y por la seguridad de saber exactamente quienes somos, lo que se quiere y hacia donde nos dirigimos. Y lo más importante, se disfruta al máximo la maravillosa condición de ser mujer, de estar más viva que nunca antes. Se disfrutan más las cosas simples de la vida y aprendemos a darle valor a las cosas que si lo merecen, como lo son la familia, los amigos, nuestro crecimiento intelectual y espiritual.


Claro está, esto es así si has enfrentado la vida con valentía, reconociendo tus errores, aprendiendo de ellos y teniendo la fuerza de voluntad y coraje de enfrentar, asumir las consecuencias y superarlas.


A los 40 hay dos opciones, o dejas que la depresión de la superficialidad y la “vanalidad” te susurren al oído que te estás poniendo vieja, que te vas a arrugar como una pasa de esas baratas que venden en “Walgreens” y nadie compra por lo duras y desabridas que son, además de que hay que leer primero las instrucciones para poder abrir el empaque. Que perderás tu “sex appeal” y pasarás de ser una mujer interesante y bonita a simplemente ser una mujer más, de las del montón, de esas que solo sirven en caso de una emergencia, como la llanta que llevas en el cajón de tu vehículo por si te falla una de las buenas, pero que solo la puedes usar por un lapso de tiempo corto, porque su durabilidad es poca.


Que se te resecarán tus paredes vaginales y odiarás el sexo al punto de sentir nauseas de solo escuchar la palabra, o que al contrario, por el miedo a que se te reseque más pronto de lo pensado, correrás desesperada a utilizar donde sea y con quien sea, la poca lubricación que te queda, jajajajajaja, porque de que las hay las hay. Hay viejos verdes, pero existen más mujeres verdes que hombre verdes. Y que ya debes ir pensando en el estilo de butaca y chinelas estilo conejo que vas a comprar; ha, de viaje puedes ir pensando en el nombre que llevarán tus biznietos.


Si para colmo a tus 40 estás sola, sin ese “recurso vital que necesita toda mujer para sentirse plena y completa” o sea un buen semental, macho, masculino, hombruno, digamos, ‘Hombre Vernaculo” ( si Pepe), pues pensarás que debes agarrar el primero con cara de tonto que te muestre una sonrisa, porque ya sabes, depreciamos y no podemos exigir mucho, jajajajajajja, con uno como Epifanio, “El viejo Dañado” resolvemos. Al fin, lo que importa es tener un tonto con suficiente tolerancia para escuchar nuestras cantaletas diarias de episodios de hipocondría y nuestros calores repentinos. ¡Uff!, lo peor, esos malditos calores peores que los del Desierto del Sahara. De viaje ve comprando un abaniquito de mano, de esos que utilizaba Felisa Rincón, en momentos de extrema calor sirven para cualquier partecita del cuerpo.

¡OOOOOO!, puedes disfrutar más que nunca ser mujer, mirarte al espejo y ver la hermosura de una mujer llena de vida, llena de experiencias, de vivencias, con cicatrices en su alma que la han hecho más fuerte, más valiente, y por eso son cicatrices hermosas. Que quizás tiene unos moretones en algunos lados del corazón que la han hecho ser mas sensible, más espiritual.
Disfrutar y aprovechar el sentido de dirección claro y definido, con la seguridad suficiente para saber cuando decir no, y cuando decir si. Con el derecho absoluto que nos ha dado la experiencia de saber elegir y escoger solo aquello que nos sea de beneficio y desechar sin duda alguna todo aquello que nos lastima o nos ha lastimado por años ( y no piensen que me refiero a sus maridos, seria INCAPAZ de eso). Y lo mejor de todo, con un deseo profundo de disfrutar todo lo que nos rodea con todos nuestros sentidos más despiertos que antes.


A las cuarentonas, ¡DISFRUTENLO!, ahora es que comienza la verdadera vida. Las que aun están solas, dense el “quille” de tener el absoluto derecho de escoger lo mejor y exigir lo mejor, nada de sobras o migajitas como antes. Siéntanse más bellas que nunca, disfruten el sexo responsable con la maravillosa ventaja que da el conocer cada parte de nuestro cuerpo y lo que nos causa placer, ya no estamos para complacer, estamos para ser complacidas. Y sobre todo, no dejes de comenzar ni un solo de tus días, de ahora en adelante, sin agradecer a Dios el privilegio de ser mujer.
Autora
Arlene G. Acevedo
A mis recien cumplidos 40 "years"