Queridos y pocos lectores que entran a mi “blog”, !Que Mal Nos Va!. Que empeño en despedazarnos vivos y jodernos unos a otros con tanta pasión y entrega, ¡Ah! Porque para eso si ponemos pasión y entrega!, ahí si que damos el máximo. ¿ Que pasa con la tolerancia, el respeto, los buenos modales, la buena educación y tantas otras cositas más que no cuestan un centavo pero que valen tanto? Yo creo que la sombra que habita en ese lugar donde no nos da el sol, debe de estar reteniendo todos estos buenos valores. O sea, que el “Black Hole”, (y no el del espacio sideral), se los debe de haber tragado todos, enviándolos a otra galaxia a la cual se ha de llegar con un simple “flush” de un retrete.
¿Por donde voy? Ok, los guio. Pongamos de ejemplo los trabajos. Específicamente ubiquémoslo, (nuestro tema), en alguna oficina y me place que sea una gubernamental, ya que es el campo laborar del cual se nutren algunas de mis decepciones. Ustedes, los que no han tenido la maravillosa experiencia de trabajar en una de estas oficinas, ni se imaginan las de cosas que pasan dentro de ellas. Cuando usted quiera un curso intensivo de cómo joder a alguien, valla a una de estas oficinas, de cualquier pueblo. En casi todas, y noten que dije casi todas, se cuecen las mismas habas podridas.
¿Como es posible, señores, que hay personas que están 40 horas de una semana, o más, en sus áreas de trabajo, con una agenda agotadora de hacerle la vida de cuadritos a sus compañeros?. Hay que ver la de bochinches, la de problemas y situaciones conflictivas que se dan con nuestros compañeros de trabajo. Caramba. ¿Que nos cuesta tener buenas relaciones con nuestros compañeros?, ¿Porque es tan difícil la sana convivencia laboral?, ¿Tratar al que esta a tu lado con el mismo respeto que tu deseas que el te trate a ti?. ¿El stréss?. ¿Los problemas económicos?. No queridos lectores, claro que no. Simplemente hay gente que gozan de este tipo de actividad. Algún sentimiento morboso dentro de ellos los llevan a realizar tan interesante ejercicio, "JODER".
He sabido de casos que se esconden o se dañan los trabajos. En otros, se llevan bitácoras los unos a los otros de las veces que fueron al baño, cuanto se tardaron y me imagino que hasta de la expresión con que salieron del mismo. Falta que salgan corriendo a revisar el zafacón a ver la cantidad de papel sanitario que usaron para hacerles una querella en la Oficina de Ética Gubernamental por mal uso de fondos públicos.
¿Y que me dicen de la vida privada de cada uno? ¡!!!!UFFF!!!!!, ni hablar. Si alguien tiene problemas de identidad, o sea, que no se conoce muy bien a si mismo, lo único que tiene que hacer es preguntarle a algún compañero de trabajo sobre tu propia vida. Te conocen mejor de lo que te conoces tú, por lo menos eso suelen pensar. Y si le preguntas a uno de esos compañeros que se ha declarado tu enemigo sin que tú sepas por que, (o quizás lo sabes), mejor aun, tendrás una información mas detallada, “fidedigna” y completa.
Porque en las oficinas hay gente que no saben dónde tienen su propio trasero pero si saben donde está el de los demás. Y como disfrutan relatándole a otros compañeros los pormenores de tu vida, si ni siquiera Isabel Allende lo haría mejor.
No cambiamos gente, no cambiamos, ni aprendemos. Que oportunidad tan buena de cultivar buenas relaciones y no las aprovechamos. A veces, un buen compañero de trabajo puede resultar mejor que hasta un familiar propio. Tanto trabajo en las oficinas y como perdemos el tiempo destrozándoles la vida y la reputación los demás. Sin ánimo de ofender ¡ah!
